Carta al olvido

Recién me acordaba de lo cobarde que fuiste siempre (y que aún eres). Y quiero refrescarte un poquito la memoria.
¿Te acuerdas de esa película que viste una vez y que te llamo tanto la atención? Esa que decía que en las cosas simples puedes encontrar un mundo lleno de sorpresas… esa, que mostraba la belleza del mundo con una bolsa volando de un lado a otro.
¿Cuándo se te olvido sonreír? ¿Cuándo se te olvido que la vida no solo se disfruta cuando la tienes segura? ¿Y que tontera es esa de es mejor prevenir que curar?
Lo seguiste al pie de la letra y ahora ¿donde estás? Ahí… en tu escondite oscuro y frío.
Prevenir tropezar, prevenir caer, prevenir sufrir… para sumirte en tu melancolía constante, de la cual no tienes cura. Viste que era más fácil curar un tropiezo, una caída, un sufrimiento pasajero.
¿Y ahora como sales? ¿Cómo abandonas lo que eres y no quieres ser?
Claro… sigues pensando que la vida te ha dado cosas buenas, que en parte tienes razón, pero no ves que sería mejor sin abandonaras tu cobardía. Asómate al mundo real, despierta, para de soñar de noche y de día.
Cuando lo hagas, te escribiré de nuevo. No habrá retos, ni recordatorios molestos. Habrán sonrisas y un sin fin de felicitaciones, que ni siquiera lo creerás posible.
¿Te acuerdas de esa película que viste una vez y que te llamo tanto la atención? Esa que decía que en las cosas simples puedes encontrar un mundo lleno de sorpresas… esa, que mostraba la belleza del mundo con una bolsa volando de un lado a otro.
¿Cuándo se te olvido sonreír? ¿Cuándo se te olvido que la vida no solo se disfruta cuando la tienes segura? ¿Y que tontera es esa de es mejor prevenir que curar?
Lo seguiste al pie de la letra y ahora ¿donde estás? Ahí… en tu escondite oscuro y frío.
Prevenir tropezar, prevenir caer, prevenir sufrir… para sumirte en tu melancolía constante, de la cual no tienes cura. Viste que era más fácil curar un tropiezo, una caída, un sufrimiento pasajero.
¿Y ahora como sales? ¿Cómo abandonas lo que eres y no quieres ser?
Claro… sigues pensando que la vida te ha dado cosas buenas, que en parte tienes razón, pero no ves que sería mejor sin abandonaras tu cobardía. Asómate al mundo real, despierta, para de soñar de noche y de día.
Cuando lo hagas, te escribiré de nuevo. No habrá retos, ni recordatorios molestos. Habrán sonrisas y un sin fin de felicitaciones, que ni siquiera lo creerás posible.
[p.d: no me acuerdo a quién le robe la foto]