Se asoma el sol

No hay nada más lindo cuando comienza a salir el sol. Los que parecíamos osos, ahora parecemos un árbol más que empieza a florecer. Más colores, más caras alegres y más personas sentadas al lado de la sombra en la micro.

Si bien adoro el invierno y la lluvia, también adoro ver con mayor claridad al salir de mi casa. No hay como los días con 20 grados. Dan ganas de salir a pasear, caminar, ir al cine y comer un rico helado.

Me gusta ver a mis gatos echados en el pasto tomando sol y mirando a la gente que pasa por la calle.

Mientras no lleguen los 30 grados, todo bien.

Foto: Carolina Sánchez

El Rincón...

Amanda sabía lo que ocurriría.

De sopetón despertaron las cosas que sentía olvidadas y no quiso oír, ni ver, ni sentir. Quiso tapar el sol con un dedo, aún sabiendo que era imposible.

Es demasiado grande – pensó.

Puso la mano completa y, aún así, el sol lanzaba rayos a su alrededor.

Entonces corrió y se escondió. Una sala oscura esperaba su llegada. Cerró la puerta y se sentó en un rincón. Creyó que sólo bastaba con cerrar la puerta, pero notó que había una ventana pequeña que dejaba pasar luz. Busco en un baúl la cortina más oscura y la puso. Se sentó en su rincón y volvió a observar el lugar. Ahí estaba ese pequeño espacio que hay entre la puerta y el suelo. Buscó una tela y la puso.

Ahora si que no me la gana – pensó.

Pero la rendija, ese pequeño orificio, dio paso a un pequeño haz de luz amarillo. Amanda buscó y buscó la llave que cubriría el último rincón luminoso del lugar. Pero no estaba. Todo era demasiado oscuro como para encontrarla.

De un momento a otro se echó a llorar.

¿Quién dijo que era fácil olvidar?

Resignada destapó todo y salió.

[Foto: no recuerdo a quién se la robe]