La verdad

Hoy me lo planteo y re planteo. No se si realmente me enseñaron a ir con la verdad por delante siempre, o si lo aprendí solita.

De pronto experiencias en la vida hacen que te des cuenta si realmente sabes enfrentar las cosas, como también reafirmas si las enfrentaste bien o no.

Hoy las enfrento poniendo las cosas sobre la mesa, dejando atrás todo tipo de cobardía. En la vida no sirve hacerse el leso o hacer como que nada pasa. Hay que ir, pararte cara a cara y enfrentar todo, sin importar si te lanzan un balde de agua fría o si te abrazan.

Y enfrentar las cosas, es signo de ir con la verdad por delante… el que nada hace, nada teme (dicen por ahí). Y yo digo: el que no enfrenta las cosas, tiene mucho por temer.

Todos cometemos errores y, aunque por muy obvios que parezcan, siempre debemos tener la oportunidad de explicarnos y de remediarlo. No sirve castigar de una, no sirve deshacerse del cacho… sirve enfrentarlo y tratar de solucionarlo. Porque sino ocurren los famosos ‘cagasos’, que terminan siendo dolorosos y confusos.

Invito a enfrentar las cosas con claridad, aunque cueste. Y también invito a hacer las cosas por uno mismo, sin intermediarios. Conversar y aclarar, antes de actuar (creo que ese es el principio básico para solucionar cualquier problema: discutir, debatir).

Quizás no se entienda mucho de lo que escribo, pero a quién le caiga el poncho que se lo ponga.

[La intermediaria dice que hablará el viernes en la noche, si no ocurre el milagro antes. Ah y dice que está mas tranquila]