El efecto blog

((((Primero: lea el post de abajo, este es un gran parentesis y es menos interesante. Gracias))))

Hace mucho tiempo que poseo mi lindo blog. Sí, para mi es lindo. Su buen desahogo, conocer por medio de estas cosas a personas que jamás pensé que conocería (porque para ser sincera, el don de la palabra no lo poseo) y simplemente para compartir opiniones.

Como dice Fuguet en su blog “Aun no tengo nada claro respecto a los blogs. Serán literatura? No creo. Habrán bloggers de primer nivel anónimos? Creo q si, pero seguirán siendo anónimos”. Ok, estamos de acuerdo.

Y claro, mi blog de literatura no tiene nada y de anónimo algo hay. Más bien es escondido o un “secreto a voces”. Que choro.

Me gusta poder escribir y saber que me leen. Aunque sean pelotudeces como ésta (porque en verdad no sé a donde voy, creo que sólo quería citar a Fuguet y además estoy de vacaciones, soy una ociosa y de las grandes).

Pero aún me da pudor (mirsh la cosa rara). Escribo pensando que nadie me lee y trato de no autocensurarme, aunque sé en el fondo que familiares, amigos y desconocidos pueden leer. Lo peor son los familiares y amigos, porque pucha que te sacan la foto. Y una tratando de pasar piolita por la vida.

Y el peor pudor es cuando te dicen “oye y por qué escribiste eso? Qué te pasó ese día?” o “oye yo opino de esto que escribiste, tal cosa” y una ahí con cara de “por qué chucha no me dejai un mensaje mejor, para eso existen esas casillitas… si ni siquiera he bloqueado la opción anónimo o póngale su nombre”. Y sólo por el pudor. Pasa que de repente escribes cosas que, en tu vida diaria, omitirías… y por algo son desahogo (o al menos para mí).

En conclusión: soy una ñoña lesa – enrolla’ – pudorosa. Río de mí.

p.d: También soy pudorosa con las fotos y pongo las que me gustan, obvio. kalu y su gato “choncho” (muto de chonchis a choncho, porque está regordete).