Tuesday, October 04, 2005

DALÍ


El domingo fui a ver la exposición de Dalí en la Estación Mapocho.

Hace tiempo que tenía ganas de ir y además ya lo sentía como un deber, pues no hace mucho que comencé a conocer con mayor profundidad sus obras y su vida, y claro, no podía perderme esta oportunidad, para conocer aún más.

Fui con mi señora madre. Llegamos y, después de haber ojeado el merchandising y de haber dejado todo en la custodia, entramos a la exposición. El lugar estaba bastante agradable en general (salvo algunas luces que se reflejaban en los cuadros, que hacían que doblaras el cuello miles de veces buscando la posición perfecta para ver la obra completamente y que de paso dejaban tortícolis, pues eran demasiados cuadros con el mismo problema uhm).

Entre las obras se encontraban esculturas, dibujos, pinturas en acuarela. Estas obras estaban dentro de lo que es la ‘colección clot’, la cuál fue hecha por Dalí al borde de una piscina que tenía en su casa, en Port Lligart, donde vivía con su musa inspiradora y esposa Gala (de hecho en algunas obras  firmaba y le agregaba una G).

Quizás lo que más debo destacar de las obras de Dalí, y específicamente las que observe en la exposición, es que en cada una de ellas hay miles de elementos por descubrir. Está claro que se debe al surrealismo de sus obras, pero me sorprendió el nivel de creatividad que poseía, la inmensa imaginación. Además abarca todo tipo de temáticas, desde los hippies, hasta la misma Biblia.

Todo estuvo redondito, todas las obras daban para ser observadas durante mucho tiempo y en todas, mientras las observaba, pensaba en las ganas de tener esa creatividad y que ganas de dibujar y esculpir de ese modo (debo decirlo, mi deseo frustrado es dibujar bien).

Lo malo, que siempre está, fue que el lugar a medida que pasaban las horas se llenaba más. Además de ver la exposición me dedique a ver a las personas… habían de todo tipo. Algunos que se las daban de intelectuales, otros que observaban las obras como si no existiese nada más que ellos y el cuadro que tenían en frente. Estaban los típicos escolares que repetían una y otra vez ‘puta que fome esta wea’. No faltaron las señoras que se paraban delante de ti para ver una obra, sin importarles que estuvieras mirando. Además recuerdo haber escuchado miles de comentarios tales como ‘uy si este tipo estaba rayado’, ‘oye que era cochino Dalí, viste como dibuja puros potos y tetas’,  etc y etc.

Y así pase la exposición. Como es usual con mi mamá, y conmigo, compramos unos encendedores de recuerdo… a mi vieja le gustó más la bolsa en que los entregaron.

Fueron 2 horas, o quizás más, increíbles.

[U2 – Until the end of the World]

1 Comments:

Blogger racarrás said...

Me dieron ganas de ir a ver la exposición.
De tu texto saqué varios consejos para verla bien.
Me cuidaré de la tortícolis.

9:07 AM  

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