Asesinato en la calle Cochranne

La Cuarta: “Cabra loca se pitea a sus vecinos”

El Mercurio: “Joven mujer llevo acabo su venganza”

LUN: “Asesinó a sus vecinos buscando fama”

A veces pienso que apareceré en la portada de un diario, por querer matar a mis vecinos o imagino que Poe haría un libro relatando mi triste historia. Pero son sólo fantasías, no tengo espíritu-mente-voluntad asesina, además no estoy tan loca para algo así. Y es que simplemente son sólo deseos.

Hace un tiempo una casa, que queda diagonal a la mía, se puso en venta o arriendo (no lo recuerdo bien). Y llegaron unos vecinos flaites. Para mi la palabra flaite no tiene que ver con un asunto de plata, sino de actitud. Comenzaron con carretes todos los fines de semana, a veces sábados y domingos, sin parar. Mucha música fuerte y griterío. Pero que va, es fin de semana y se acepta.

De un tiempo a esta parte los carretes se han extendido a los días de semana, con el mismo escándalo de los fines de semana. Los primeros eran “soportables”, pero ya se ha convertido en un hábito. Tanto ha sido la molestia que muchos de mis otros vecinos, en mitad de la noche, comienzan a gritarles y pedirles, casi rogándoles, que bajen la música y que paren de una vez el escándalo. Ellos muy choritos, aquí te las traigo peter, contestan con “malas palabras” y rara vez hacen caso.

El asunto es: ¿Qué pasa con el respeto? Y ¿Cuánta es la paciencia que debemos tener?

Creo que nunca terminan de sorprenderme las personas, para bien y en este caso para mal.

Lo único que pido es que esta gente estudie y no lo digo precisamente porque me preocupe sus vidas laborales-estudiantiles, sino por la mía.